Una madre, una hermana, una amiga, un elemento muy importante en nuestra Cámara y una mujer que marcó la diferencia.
Cecy fue una gran persona, y siempre se caracterizó por su alto sentido de responsabilidad. Durante sus cuatro años en nuestra Cámara, siempre entregó lo mejor de sí para atender a cada uno de nuestros socios y público en general. Dulce, positiva y dispuesta a ponerle ganas a cualquier adversidad. Predicó con su ejemplo la importancia del servicio y la entrega a Dios en todo lo que hacía. Extrañaremos sus carcajadas, sus sonrisas, sus consejos y sin lugar a dudas el Cielo la recibe con brazos abiertos hoy. La tierra ha perdido una mujer integral pero el cielo ha ganado un verdadero ángel.
En nombre de la Junta Directiva y personal de la AHK El Salvador, expresamos nuestras más sinceras condolencias a la familia por tan irreparable pérdida.
