La reciente adquisición del 80% de las tierras necesarias para la planta de biogás en el río Acelhuate marca un avance significativo hacia la sostenibilidad en El Salvador. Este proyecto no solo tiene como objetivo limpiar el 70% de las aguas residuales del Área Metropolitana de San Salvador, sino que también busca inyectar aproximadamente 5.78 megavatios (MW) a la red eléctrica nacional, diversificando así las fuentes de energía del país.
La planta contará con tecnologías complementarias, como paneles solares y una pequeña central hidroeléctrica, que optimizarán la eficiencia energética y contribuirán a la resiliencia del sistema eléctrico. Esta combinación de energías renovables no solo mejora la producción de energía, sino que también responde a la necesidad de reducir la dependencia de combustibles fósiles.
Desde el punto de vista económico, el financiamiento de $83 millones, con condiciones favorables, facilitará la creación de empleos durante las fases de construcción y operación. Además, la producción de subproductos como fertilizantes beneficiará a la agricultura local, impulsando la economía de las comunidades cercanas.
El Salvador no solo aborda problemas de calidad de agua y energía, sino que también se posiciona como un líder en la adopción de tecnologías limpias en la región, promoviendo un futuro más sostenible y resiliente.
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