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Economía Circular: más que reciclaje


¿Conoce alguna alternativa que beneficie al medio ambiente y a las empresas? Si su respuesta es no, esta opción permitirá un estado de sostenibilidad empresarial y reducirá, en gran manera, el grado de contaminación de nuestro planeta: la economía circular.


Esta consiste en tratar de reducir la entrada de materiales vírgenes, como la producción de desechos, cerrando así los flujos económicos como ecológicos de los recursos. Cabe destacar que no se habla de reciclar como normalmente es conocido; reciclar consiste en la reincorporación de algunos productos en el ciclo productivo para darles nueva vida; sin embargo, hay residuos que no son aprovechados. La economía circular es un cambio en el mundo de los negocios.


Esta alternativa abarca mucho más que la producción y el consumo de bienes y servicios, sino que incluye otras cosas, como por ejemplo el uso de la energía renovable en lugar de los combustibles fósiles y la diversificación como medio de alcanzar la resiliencia. Incorporar ahora la economía circular dentro de la empresa debe incluir un debate y discusión con respecto al uso del dinero y las finanzas de esta misma, ya que la economía circular comienza con la inversión en reformas significativas para poder llevarla a cabo. Sin embargo, a mediano y corto plazo se trata de un buen negocio para la empresa, el país y para el mundo en general ya que lo vuelve sostenible.


La economía circular consta de una serie de etapas las cuales comienzan con el consumo de producto, continua con la reutilización de un bien y sigue con el reciclado de este. Posteriormente está la producción y por último la distribución de este producto, este principio de circularidad permite que los materiales se mantengan dentro de la economía tanto como sea posible y sean utilizados cuanto sea necesario, creando así un valor adicional. En comparación con la economía lineal (que comienza con la extracción de recursos y finaliza con la producción de residuos), la economía circular reduce la producción de desecho y, en su lugar, les da otra oportunidad aprovechándolos al máximo.


Afortunadamente, el impulso de implementar la circularidad y alejarse de un modelo económico “tomar-hacer-residuos” está creciendo y vemos cómo en el sector público y en el sector privado se están empleando alcanzar objetivos circulares ambiciosos. La transparencia y la alineación jugarán un papel clave para establecer un lenguaje común entre el gobierno y las industrias.


Por Amanda León.

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